En este especial para Balón Latino recordaremos los sobrenombres que forman parte del reconocimiento de jugadores como Marcelo Fabián Sosa, Pablo César Aimar, Cristian Gabriel Rodríguez Barotti, Javier Pedro Saviola Fernández, Adolfo José Valencia Mosquera y Claudio Javier López.
Los sobrenombres o apodos son un ingrediente elemental en la vida deportiva. Desde la casa, el barrio o colonia, los niños y los jóvenes llegan con un sobrenombre a entrenar y si no es así, los compañeros de equipo se encargan de encontrarle una característica para que esa tradición no sea corrompida.
A pesar de que los apodos no son nada gratos para la mayoría, pues en muchas ocasiones se resaltan los “defectos” o falta de virtudes en el deportista, para algunos son puntualizaciones que significan parte de su marca personal, y hasta se podría decir, de su esencia, por lo que en este primer especial toca recordar el por qué de los siguientes apodos.
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El “Payasito” Aimar
El nacido en Córdoba e ídolo de Lionel Messi jugó en equipos como River Plate, Valencia o Benfica; además de ser seleccionado nacional argentino en Copas del Mundo, Confederaciones y Copa América. Su apodo proviene de un reportaje que le hizo el diario Clarín, en donde Aimar salió en una foto vestido de payaso. A partir de ahí los comunicadores/periodistas comenzaron a decirle así.
El “Cebolla” Rodríguez
El jugador de 33 años y actual capitán del Peñarol en su natal Uruguay, contó en una conferencia de prensa en la Copa Confederaciones del 2013, que a pesar de que en el medio deportivo se presumía que de pequeño hacía llorar a sus rivales tras “pintarles la cara” en los partidos, su apodo procede de su padre. Al papá le decían así y él lo adoptó también.
El “Tren” Valencia
El colombiano comenzó su carrera como profesional en el Independiente de Santa Fe y formó parte de la generación dorada de los años 90 (Higuita, Valderrama…). En 1994 firmó con el Bayern de Múnich, debutando en tierras bávaras con doblete y asistencia. Es llamado el “Tren” por el poder físico que reflejaba, sin dejar de lado otros atributos como su velocidad y olfato goleador.
El “Conejo” Saviola
Javier, quien nació en la capital argentina, puede presumir de una fantástica carrera al haber transitado por clubes como River Plate, Barcelona, Sevilla, Real Madrid, además de tener once goles con la selección argentina. Se presume que el “Mono” Burgos, quien en 1998 era el portero titular de River, entrenó con él cuando recién ascendía al primer equipo. En una ocasión Burgos quiso salir con balón controlado desde la zona baja y, de la nada, el joven Saviola le robó el esférico. Destacaba por su rapidez y por la manera que tenía de aparecer donde menos lo esperaban.
El “Pato” Sosa
El nacido en Montevideo es más recordado por sus declaraciones ante la prensa o por sus provocaciones a rivales que por sus actuaciones dentro de las canchas en los países en los que jugó. El mediocampista retirado en el 2013 con el Danubio, recibió su peculiar sobrenombre por la forma que tenían sus pies,mismos que le brindaban una particular manera de correr.
El “Piojo” López
El delantero retirado en el Colorado Rapids de la MLS y que jugó en Argentina, España, Italia, México (donde la afición americanista lo adora por su brillante etapa con el brasileño Kléber Boas y el “Jorobadito” Cuauhtémoc Blanco) y Estados Unidos, recibe el apodo de “Piojo” porque cuando era niño sobresalía su talento para meterse entre sus rivales al momento de jugar fútbol o baloncesto y, al juntarse con chicos más grandes que él, de manera afectuosa lo rebautizaron por su pequeñez.