Faltando cuatro fechas y estando séptima, la ‘Celeste' decidió pegar un giro de 180 grados para revertir la situación, en la que parecía estar camino sin solución a la vista. Fue arriesgado hacerlo tan tarde, cuando los resultados no podían ser más negativos. Entre tantos nombres, algunos quizás con mejor trayectoria, surgió Diego Alonso para cumplir la misión de llevar a Uruguay al Mundial. Para ello, debía contagiar a los jugadores de una rebeldía que parecían haber perdido. Frente a Perú, los charrúas supieron cumplir.
DIEGO ALONSO CUMPLIÓ LA MISIÓN, URUGUAY ES MUNDIALISTA
Se nos empieza a hacer costumbre el hecho de ver a la selección uruguaya presente en un Mundial. Será la cuarta vez que los tetracampeones del mundo jugarán entre los mejores. Sin embargo, con el diario del lunes es fácil felicitar a todos y hablar del gran momento de un seleccionado. Hace tres fechas de Eliminatorias, el panorama era muy oscuro.
Uruguay fue de a poco perdiendo la calidad de juego, sufriendo incluso de local ante rivales que claramente eran buenos, pero la pelota parecía no querer entrar. Frente a Colombia fue el ejemplo más claro, un partido que de haberlo ganado, los de Tabárez iban a quedar entre los clasificados. Ecuador en el Campeón del Siglo ameritó la entrega que estábamos acostumbrados a ver, pero se ganó por la mínima gracias a ese aspecto. Con rivales como Argentina, Brasil e incluso Bolivia en la altura, no sólo no se jugó bien, sino que no se tuvo la ambición de disputar el partido en cada pelota.
Eso fue lo realmente alarmante. Los errados dichos del ya ex entrenador pero leyenda de la selección charrúa fueron la gota que derramó el vaso, pero urgía un cambio de personalidad. Diego Alonso tomó las riendas, y convenció tanto a los jugadores como a los hinchas que esto se resolvía con trabajo.
LOS JUGADORES RESPONDIERON
Se encerró como si el Complejo Celeste fuese una trinchera a preparar partido a la vez. Trajo caras nuevas, las cuales algunas se esperaban pero otras sorprendieron, no sólo por su presencia, sino por el rendimiento que demostraron. Frente a Paraguay no sobró nada, pero había que ganar de visita y se ganó. Venezuela tuvo un nivel muy bajo, pero Perú era la prueba de fuego, y Uruguay dominó casi de principio a fin.
Rochet en el arco fue la confirmación de que Muslera tiene heredero, uno joven como para varios campeonatos y con capacidades suficientes como para volver a Europa en cualquier momento. La defensa integró a Araújo como lateral derecho, al igual que como lo hace en Barcelona, y a un explosivo pero eficaz en la marca Olivera por izquierda. Viña posee características similares, pero flojeaba en ese aspecto.
Los volantes fueron los mismos, cada vez con mayor nivel. De Arrascaeta cada vez es más dueño de la pelota, como se esperaba que lograse y con Tabárez nunca pudo. Pellistri, de ser suplente en el Alavés con 20 años a ser titular y figura de Uruguay en estos tres partidos que lleva el ‘Tornado' al mando. Sin dudas, una sorpresa más que positiva.
Arriba, Suárez por momentos logra asociarse, pero parece faltarle química junto a un Núñez que cada vez es más peligroso para los rivales.
La conclusión, es que hay material de sobra para ser competitivos en la copa del mundo. Habrá que ver si la idea de Alonso es entendida en su totalidad por los jugadores.