Los Pumas están colocados entre el selecto grupo de ‘Los Cuatro Grandes’, su prestigio es alto y nadie puede negar su relevancia dentro del contexto del fútbol mexicano, pero el caso Erik Lira refleja las pobres aspiraciones que hoy tienen como institución.
Sequía de diez años sin títulos
La última vez que el equipo vinculado a la Universidad Nacional pudo alardear de un campeonato de liga fue en el lejano ya 2011. Aquella vez el cuadro dirigido por Guillermo Vázquez derrotó a Monarcas Morelia (equipo que fue sustituido por el Mazatlán) en Ciudad Universitaria.
No es que desaparecieran del mapa de las fases finales, pues han llegado a la final en el pasado 2015 y recientemente en el 2020. La primera ocasión mencionada cayeron ante los Tigres y la última contra León, pero la imagen del club en el presente es una de un equipo que sobrevive con lo que puede cada semestre.
El último torneo sorpresivamente (tras calificar desde la posición once del campeonato) llegaron a semifinales y tuvieron entre sus figuras a un juvenil llamado Erik Lira. Al final fueron superados en esa instancia por el Atlas, 3
¿Quién es Erik Lira?
El mexicano de 21 años es un canterano de Pumas que tuvo un breve paso por los Rayos de Necaxa allá por el 2018. El mediocampista cuenta con más de 50 apariciones que ya incluyen una liguilla, convocatorias con la selecciones juveniles y también con la mayor. Sin lugar a dudas el prospecto más interesante de lo hecho en C.U.
Con un estilo muy característico de jugar, con la garra y el empuje físico como mayor virtud, se ganó de inmediato a la afición que vio en él el ideal de lo que Pumas debe producir desde casa. Un prototipo ideal de lo que los seguidores auriazules esperan de sus canteranos.
Pero cuando la lógica y el romance decían que él era un jugador en el cual (junto con un proyecto ganador) se podía basar una reestructuración para tener un equipo protagonista en lo alto de la Liga Mx… la directiva está a nada de oficializar que el emblema juvenil será vendido al Cruz Azul.
Pumas no vive… sobrevive
Desde hace años el equipo vive una profunda crisis donde la falta de dinero afecta totalmente el proyecto deportivo. En el 2020 trajeron buenos jugadores y con la excelente labor de Andrés Lillini, llegaron a la final para perderla contra el León de Ignacio Ambriz. Pero dicho proyecto no pudo sostenerse porque dada la situación, tuvieron que vender jugadores como Carlos González.
Es decir, las aspiraciones de Pumas parece que se convirtieron en generar buenos jugadores para después venderlos (tal cual el caso Erik Lira) y sostener con lo justo a un club que desde hace años anhela recuperar protagonismo en el fútbol mexicano y a nivel selecciones nacionales.
Pumas no puede ser un espectador, ni siquiera un animador. El Club Universidad debe ser protagonista en la cima, aspirando a lo más alto… no a lo rescatado con las uñas.