Desde la lucha que comenzaron las jugadoras de los planteles de los equipos más importantes del fútbol argentino para que el fútbol femenino sea profesional, el mismo fue creciendo por muchas partes del territorio argentino. Sin embargo, ese crecimiento no fue muy progresivo, pero siempre había diferencias que se iban acortando con el masculino en cada sector de Argentina. Cuando se confirmó la semi-profesionalización del fútbol femenino a nivel nacional, el camino comenzó a estar más claro, las oportunidades crecieron y el fútbol femenino empezó a tener su propio rincón en cada ciudad y en cada pueblo de Argentina.
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Uno de esos lugares que le abrieron las puertas al fútbol femenino fue el departamento General Roca de la provincia de Córdoba, con sus limitaciones, con mucho margen de mejora, al igual que en todos lados del mundo, pero el primer paso fue más que significativo para muchas mujeres que esperaron, sin exagerar, toda su vida para tener la oportunidad de dar un salto de calidad en el deporte que tanto aman: el fútbol. En el primer campeonato organizado por la Liga Regional tuvo como campeonas a Las Panteras, quienes representaron a la Municipalidad de Huinca Renancó. Un primer título que fue el primer paso para hacer realidad el sueño rosado, por el que tanto esperaron.
Tricampeonas y una oportunidad única
Salieron campeonas del torneo en 2022, mantuvieron el título en el Apertura 2023 y coronaron el mismo año saliendo campeonas del Torneo Clausura. Tres campeonatos consecutivos, con lo que todo eso significa, fue marcándoles el camino para seguir luchando por su sueño. En la Liga Regional, ellas juegan en cancha de “9” y eso fue como un salto de calidad, ya que durante muchos años despuntaban el vicio de jugar al fútbol en campeonatos comerciales de fútbol 5 o fútbol 7, viendo lejos la chance de entrar a una cancha de 11 y disputar una liga o un campeonato.
Sin embargo, algo que caracterizó desde siempre a Las Panteras, fue el no bajar los brazos y pelear hasta el final. Con sus fortalezas y con sus debilidades, lograron cumplir un primer sueño: disputar una liga contra diferentes equipos de las localidades que conforman el Departamento General Roca. Salieron campeonas y con el hambre de gloria intacto, viajaron a Cosquín (Córdoba) a disputar un campeonato nacional. Allí, se toparon con una realidad completamente diferente a la que ellas conocían. Planteles con tres o cuatro equipaciones para jugar, colectivos propios, con conjuntos de calentamiento y para el día a día.
La diferencia de presupuestos era muy notoria, pero lo que ponía a Las Panteras por encima de cada institución a la que se iban a enfrentar, era el lugar de dónde venían y todo lo que pasaron para llegar a ese nivel de competición. Un plantel conformado por amigas, madres e hijas, un equipo que se formó hace varios años para disputar torneos, llegaba al escenario mayor con la ilusión intacta. Contra todos los pronósticos, se consagraron subcampeonas nacionales y fue un roce importante que les permitió darse cuenta que estaban para lucharle, de tú a tú, a quién sea.
Arrancaron el año 2023 saliendo campeonas de la Copa Preparación, mantuvieron el buen juego y la diferencia de nivel durante todo el Torneo Apertura que lograron ganar. Con el bicampeonato debajo del brazo, fueron en la búsqueda del tercero. Y finalmente llegó, un campeonato que valió mucho más que un simple trofeo, fue el boleto directo para una oportunidad única: viajar a Rio Cuarto para disputar el Torneo de Campeonas del Sur de Córdoba ante la Universidad Nacional de Río Cuarto y el Centro Social Las Higueras. Pero, cómo toda oportunidad, tiene sus complicaciones: primera vez que iban a jugar en cancha de 11 y todo lo que eso implica.
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Un mar de dudas
Al ser un escenario desconocido para ellas, las dudas y la incertidumbre de lo que podría llegar a pasar, afectaba, inconscientemente, la mentalidad del equipo. Pero, al mismo tiempo, estaba esa emoción, esa alegría y esa satisfacción de estar, a 200km, de hacer realidad el sueño rosado de Las Panteras: jugar en una cancha de fútbol 11 después de muchos años de espera, de lucha y de constancia para poder cumplirlo. Para un plantel que tiene jugadoras de entre 18 y 40 años, el poder estar tan cerca de lograr lo que alguna vez soñaron, no tenía precio alguno.
Con todas sus dudas, con sus miedos y con la incertidumbre por no saber contra que ni contra quienes se iban a encontrar, armaron sus mochilas, sus bolsos y partieron hacía Río Cuarto con el objetivo de demostrar que esta oportunidad que tienen se la ganaron y no es un premio más, sino un merecimiento por todo lo conseguido durante muchos años. La gloria estaba a 200km y allá fueron Las Panteras, en búsqueda del sueño rosado.
recuerdos imborrables
Calentamiento previo, últimas palabras de la entrenador y la capitana, y adentro del recinto de la Universidad Nacional de Río Cuarto para disputar su primer partido y torneo en cancha de 11. “¿Cómo nos vamos a parar?”, era la principal duda de muchas de las jugadoras, pero un interrogante que rápidamente quedó en el olvido cuando sonó el silbatazo inicial y comenzó a girar la caprichosa por el césped.
El primer rival de Las Panteras, quienes representan como institución al Club Social y Deportivo El Ceibo de Huinca Renancó, fue el Centro Social Las Higueras. Tenían más experiencia en cancha de 11, algo que se notó en varios pasajes del partido, pero que no fue suficiente para cortar la ilusión y las ganas de Las Panteras que, contra todos los pronósticos (nuevamente), se llevaron la victoria por tres tantos contra cero con un doblete de Yanina Argüello y un tanto de Agostina Ceballos.
El miedo y las dudas de los días previos quedó en el olvido cuando entraron al terreno de juego para cumplir su sueño. Quizás, para muchas personas, era un partido más, casi sin importancia, pero para ellas fue tocar el cielo con las manos y eso quedó demostrado cuando una jugadora de Las Panteras recibió un elogio, que por más simple que fuera, dejó un recuerdo imborrable en su memoria. “La 4, es crack”, esas cuatro palabras que fueron dirigidas a Vanesa Vargas, lateral derecha del equipo, dejaron una huella única para ella.
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Sueño más que cumplido, Panteras
Con la tranquilidad de la primera, pero muy importante victoria, Las Panteras enfrentaron el segundo partido ante la Universidad Nacional de Río Cuarto con otra mentalidad. Las dudas continuaban, el nerviosismo de la entrenador, Analía Urquiza, seguía igual que en el primer partido, pero sin contagiarlo tanto a sus dirigidas. Fueron los 60 minutos más largo de toda la trayectoria, hasta ahora, de Las Panteras, pero que culminó con un sueño más que cumplido: se consagraron campeonas del Sur de Córdoba con una victoria por 1 a 0 con un gol de Verónica Acotto.
Viajaron con un mar de dudas y con la emoción a flor de piel, para regresar a sus casas para festejar un nuevo campeonato para Las Panteras, pero no fue un título más, sino el sueño rosado hecho realidad. Tras varios años de espera, el grupo de amigas, madres e hijas que se creó para despuntar el vicio y disfrutar del fútbol, se subió a la cima de todo el Sur de la Provincia de Córdoba y gritaron, como de costumbre, “SOMOS CAMPEONAS”.
Las jugadoras que levantaron la copa
- Arquera: Laura “Chapu” Pizarro.
- Defensoras: Natalia Miranda, Gisela “Kela” Acotto, Vanesa Vargas, Ivana Rosales, Brisa Ferreyra y Victorias Ávalos.
- Mediocampistas: Verónica Acotto, Morena Fantino, Agustina Escobar, Araceli Miranda, Melanie Pérez, y Valentina Cánaves.
- Delanteras: Elba “Pona” Ceballos, Agostina Ceballos, Lorena Quevedo, Yanina Argüello y Yamila Santicha.
- Cuerpo técnico: Analía Urquiza y Antonia Cavieres.