El COVID-19 ha hecho que todo el mundo tenga que cumplir cuarentena y por ende quedarse en su casa. Sin fútbol salvo las excepciones de Bielorrusia y la liga de Taiwán que empezó hoy, no hay mucho material futbolístico salvo por el futuro mercado de fichajes y lo que sucederá de aquí al fin de la pandemia. Desde Trinidad, en el departamento de Flores en Uruguay, dialogamos con Kevin Méndez, futbolista de Defensor Sporting. El volante ofensivo habló de todo con nosotros mediante la red social Instagram en su formato En Vivo.
Entrevista a Kevin Méndez, futbolista de Defensor Sporting
P: ¿Cómo vas llevando la cuarentena?
R: Bien, acá en Flores hubo un solo caso, un familiar de un amigo mio. La persona vino de viaje pero se aisló y se comportó de la mejor manera.
P: Debutaste y se suspendió todo ¿Cómo tomaste esto?
R: Fue complicado, estuve 10 meses sin jugar por quebrarme el hombro. Rescindí por unos problemas legales con el Karpaty Lviv. Volví ante River y ta, se suspendió después.
P: Volviste a jugar y ya asististe ¿Cómo lo sentiste?
R: Fue loco. Entré y asistí, pero a los pocos minutos, en la hora, nos empataron. Fue rarísimo, un partido muy cerrado anotamos a los 90'+2 y a los 20″ encajamos gol.
P: ¿Cómo encontraste a Defensor?
R: Conocía Defensor por amigos que crecieron en el club, se que es un equipo que trabajaba muy bien. Tiene mucha gente del fútbol dentro del equipo, gente que se interesa y con trayectoria para guiar. Me trataron muy bien, sabiendo de los problemas económicos del fútbol uruguayo está al día. En Italia, Suiza y Ucrania sino pagas te multan o te sancionan.
P: Te fuiste siendo muy joven a Europa y volviste distinto desde lo físico ¿Vos lo notas?
R: Yo era un “10” de los de antes previo a la salida a Europa. No bajaba tanto, era más de mitad de cancha hacia adelante. Allá tuve que cambiar eso y mejore en el aspecto físico, se trabaja mucho. Yo me terminé de formar en ‘el viejo continente'. A nivel nutricional acá es más complicado, la picada es compleja jajaj(risas). Te juntas mucho más y picoteas mucho. En Europa te acostumbras de otra manera. Acá no comía mal pero no me alimentaba bien, tenía un gran problema con las gaseosas pero las fui cortando por suerte.
P: ¿Qué pasó desde que te fuiste de Peñarol como potencial estrella a la Roma hasta tu vuelta a Uruguay?
R: A mí lo que me perjudicó fue el fútbol europeo, no pude debutar acá y el adaptarme me hizo demorar mucho. Perdí mucho tiempo y no pude jugar. En Perugia iba a tener continuidad y Roma me pide, pero no jugué. Con el Barcelona estaba todo arreglado, pero no fui al final.
Siempre le digo a mi representante que cuando era inconsciente jugaba mejor, cuando me empecé a profesionalizar perdí otras cosas. El talento no lo vas a perder, pero necesitas adaptación y confianza.
P: ¿Extrañaste en algún momento?
R: Sí, pero es lo que elegiste aunque no es fácil, una cosa son las distancias en Europa y otra en Uruguay. Yo en Ucrania tuve un problema personal y estaba solo, son cosas que no se ven pero son las más importantes.
P: ¿Sentís que se desmerece al futbolista uruguayo?
R: Lo material no sustituye lo humano, yo perdí a mi abuela en Suiza y no pude estar con mis seres queridos. En Ucrania me pasó lo mismo con mi tía, estaba viajando concentrado a un partido Ese día en el himno de ellos me puse a llorar en la cancha.
P: ¿Te dieron apoyo en Ucrania?
R: Mis compañeros latinos se enteraron y le dijeron al entrenador, el vino y me dijo si quería jugar, le dije que sí.
P: ¿Cuándo entras a la cancha te olvidas de todo?
R: No, en ese tipo de casos no, en otros me libero. Cuando era más chico se me hacía más fácil. Ser padre me hizo madurar.
P: ¿Cómo es el mundo de la Roma desde tu punto de vista?
R: La mayoría venimos desde abajo, gente humilde y trabajo. Dependemos de suerte, calidad y sacrificio, es un mundo diferente. Es irreal. Yo fui con mi padre y me decía “no tenes que hacer nada, te hacen todo, necesitas un almohadón a las tres de la mañana y te lo traen”. Acá en Peñarol no me faltaba nada, pero ellos tenían 14 canchas y no tenías que hacer la fila del fisioterapeuta. Hacer pretemporada en Estados Unidos, te choca antes de entrar en el clima interno, después no te das cuenta. No tenes excusas. Veía jugadores con Ferrari y Lamborghini.
P: ¿Te mareaste con tanto aplauso a los 17 años?
R: Sí, tuve problemas serios con ese tema. Fue más que nada cuando estaba acá, cuando surgió lo de Barcelona, por suerte mi entorno mi ayudó. Me estaba yendo muy bien, me quería comprar un auto último modelo y la empecé a embarrar. Tuve un bajón de varios meses sin pensar las cosas. Mi empresario me decía “si con 17 años te compras un auto que abre las puertas hacia arriba, a los 24 tenes que ir en avión privado a practicar”.
P: ¿Seguís yendo a tu barrio?
R: Sí, tengo a mi familia y a mis amigos acá, nunca cambié ni tuve problemas en saludar gente pensando que era más que otro, lo tenes o no. Tuve problemas queriendo gastar plata porque sí.
P: ¿Qué rol tienen tus amigos en tu vida?
R: Son muy importantes, los conozco desde que somos chicos, son momentos de distracción, en las buenas y en las malas.
P: Conviviste con latinos en Ucrania ¿Fue el equipo dónde encontraste mejor capital humano?
R: A nivel humano puede ser, aunque en Suiza también, los latinos nos juntabamos mucho porque los ucranianos son muy cerrados. Con algunos ni siquiera cruzabas una palabra.
P: ¿Cómo es vivir en Ucrania?
R: Con Erbes decíamos que envejecimos varios años. Es complicado por la mentalidad de ellos, son bastante cerrados, tenes poco contacto con las personas. Imponen mucho y te lleva a tener mucho roce. Con algunos compañeros ni siquiera hablábamos, en alguna reunión del equipo estábamos una hora y nos íbamos.
P: ¿Cómo te manejabas con los entrenadores?
R: Bien, habían traductores en el club. Tuvimos a un ayudante de Mourinho y cuando llegó le preguntó un preparador del club que para que venía a Ucrania.
P: ¿Te cruzaste con Carlos de Pena allá?
R: Sí, dos o tres veces, es un crack. Yo era el único uruguayo en Karpaty, por suerte para él se hizo más fácil por el club en el que juega, es grande.
P: ¿Qué sentiste al ver el partido de Defensor con Peñarol desde afuera?
R: Venía con unos problema musculares. Soy muy respetuoso porque Defensor me abrió las puertas en un momento complicado. Estuve tantos años en Peñarol que es algo raro. Priorizó el trabajo a estas alturas.
P: ¿Por qué no volviste a Peñarol en otro momento?
R: Ellos se contactaron hace 2 o 3 años, pero no fue nada concreto, solo hablamos. Cuando volví después de Ucrania hablé con el vicepresidente de Peñarol y le expliqué mi situación. Tuve chances de irme a Brasil y a Holanda también. Que Defensor me haya pedido me dio confianza, el técnico fue clave y los directivos también.
P: ¿Pensas que la confianza es clave a la hora de fichar por un club?
R: Sí, mirá, cuando estaba en Roma me quería el Gijón porque había ido Sanabria antes y le había ido bien. De club a club estaban interesados pero conmigo nunca hablaron. Mi empresario tenía todo arreglado pero me llamó el Lausanne de Suiza y cambiamos de planes.
P: ¿Cómo es tu relación con los empresarios, en este caso Pablo Boselli?
R: Yo siempre los mato a ellos, defienden sus intereses, hay buenos y malos en todo sentido. El fútbol es un negocio. Si bien el ha tenido varias polémicas yo tengo una muy buena relación, a mi me ayudo un montón. Él fue quien me dijo que no comprara el auto.
P: ¿Jugarías en Independiente de Flores?
R: Yo soy hincha de Chacarita de Flores, pero mi hermano es hincha de Independiente al igual que mi vieja y algunos amigos, pero de Porongos hay unos cuantos. Cuando termine mi carrera dije que iba a jugar un año en cada uno y después retirarme en el club de mis amores.
P: ¿Cuándo te fuiste a Peñarol tu club de origen recibió algo de dinero?
R: Recibió cuando me fui a Roma, había que firmar un papel para obtener un rédito económico.
P: ¿Quién fue el mejor jugador con el que jugaste?
R: Pjanic. Me dejó sorprendido, por algo está en la Juventus. Carrascal era otro.
P: ¿Rival que más sufriste?
R: Guzmán Corujo de Nacional, me pegaba bastante.
P: ¿Rival que más te sorprendió?
R: Balanta en Basilea, era difícil pasarlo. Cambiamos camiseta muy buen tipo.