Estadio Municipal de El Alto: Las consecuencias de jugar al fútbol a 4.000 metros sobre el nivel del mar

Hace pocos días se confirmó que Always Ready de la Primera División de Bolivia podrá jugar en su estadio esta edición de la Copa Libertadores 2024, ya que fue avalado por la CONMEBOL pese a que está por encima de los 4000 metros sobre el nivel del mar. A raíz de esta noticia y el impacto que tiene en la salud de los jugadores el disputar 90 minutos en esas condiciones, el medio brasileño Trivela dialogó con Marcelo Papoti, profesor y experto en la materia, sobre las consecuencias que tiene realizar una actividad deportiva en la altitud.

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Desde que el ente organizador del fútbol sudamericano aprobó que se jugué en el Estadio Municipal de El Alto o Estadio Municipal de Villa Ingenio que está por encima de los 4000 metros sobre el nivel del mar, se reavivó la discusión sobre los efectos de la altitud, sobre cuál es el límite de nuestro cuerpo o hasta dónde pueden llegar los atletas de alto rendimiento sin dañarse. Más allá de que no es el estadio más alto del mundo, ya que está por detrás del Daniel Alcides Carrión de Perú (está a 4378 metros sobre el nivel del mar, pero no está avalado), Trivela se comunicó Marcelo Papoti, profesor titular de la Escuela de Educación Física y Deporte de Ribeirao Preto (EEFERP) de la Universidad de Sao Paulo (USP), quién realizó estudios especializado en los efectos de la hipoxia (nombre que recibe el momento en que el oxígeno no llega en la cantidad debida a las células y tejidos del cuerpo humano) en el deporte de alto rendimiento.

¿Cuáles son los principales efectos de la altitud en el rendimiento de los deportistas?

Objetivamente hablando, los principales reflejos están relacionados con las condiciones fisiológicas más complicadas y desafiantes provocadas por la menor presión parcial de oxígeno. Los impactos pueden observarse inmediatamente después de la exposición a grandes altitudes e incluyen una serie de ajustes fisiológicos que se traducen en un empeoramiento del rendimiento del jugador. “A mayor altitud, la presión parcial de oxígeno es menor, lo que significa que hay menos oxígeno disponible para ser inhalado. Esto conduce a una reducción directa de la cantidad de oxígeno que el cuerpo puede utilizar durante el ejercicio”, explicó el experto.

Estadio Municipal de El Alto: Las consecuencias de jugar al fútbol a 4.000 metros sobre el nivel del mar
Fuente: Wikipedia

A lo anterior, Marcelo Papoti completó con lo siguiente: El consumo máximo de oxígeno (VO2MAX), que es un indicador importante de la forma física de un atleta (potencia aeróbica), tiende a disminuir temporalmente durante las primeras exposiciones a la altitud. Objetivamente, el VO2max puede reducirse hasta un 7% por cada 1000 metros de aumento de altitud. Esto significa que los atletas pueden experimentar una potencia aeróbica sustancialmente menor a grandes altitudes, lo que afecta directamente a su capacidad para realizar esfuerzos”.

El cuerpo humano trabaja automáticamente para compensar este menor suministro de oxígeno aumentando la frecuencia cardiaca y respiratoria en un intento de suministrar más oxígeno a los tejidos. Cuanto menos oxígeno haya disponible, más probabilidades tendrán los jugadores de sufrir fatiga muscular. Además, Marcelo Papoti explica que la adaptación al entorno de gran altitud puede provocar cambios en el metabolismo, que es otro factor que puede reducir el rendimiento de los jugadores sobre el terreno de juego. “Es importante tener en cuenta que a mayor altitud, algunos deportistas pueden experimentar síntomas del mal de altura, como dolores de cabeza, náuseas, mareos e insomnio, que pueden afectar directamente al rendimiento”, sostuvo el especialista Papoti.

Los estudios demuestran que, aunque el cuerpo técnico y médico de los equipos que juegan en altitud pida a sus jugadores que reduzcan la intensidad de los sprints sobre el terreno de juego para preservarse, la fatiga sobre el terreno de juego tiende a ser mayor de todos modos. En otras palabras, aunque un futbolista no haga tantos sprints cortos sobre el terreno de juego, su fatiga será mayor, lo que reduce su intensidad en el partido. Como resultado, es natural ver que los equipos brasileños y otros que no están acostumbrados a este tipo de ambiente tienden a reducir su volumen de juego y a correr considerablemente menos en estos partidos.

“Desde un punto de vista práctico, las alteraciones agudas pueden dar lugar a una reducción del “volumen de juego”, es decir, de la distancia total recorrida por los jugadores durante el partido, y aunque esto aparentemente no compromete la capacidad de los jugadores para realizar un único esfuerzo de alta intensidad, su capacidad para repetir esfuerzos se reduce sustancialmente”, de acuerdo a la explicación del académico.

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Entrenamiento del equipo local a más de 3000 metros. Fuente: Always Ready

Cuanto mayor es la altitud, menor es la distancia recorrida en el campo

Tres factores son importantes para determinar la disminución de la eficacia de los jugadores cuando están sometidos a la altitud:

  • El número de metros sobre el nivel del mar;
  • La duración de la exposición de los jugadores al medio ambiente;
  • La adaptabilidad de los jugadores al terreno;

Países como Colombia, Ecuador y Perú también se encuentran en lugares altos, con altitudes que oscilan entre los 2.000 y los 2.500 metros. Marcelo Papoti explicó que estos lugares presentan desafíos fisiológicos para los atletas, pero a niveles ligeramente inferiores. Sin embargo, incluso a altitudes más moderadas, algunos jugadores pueden experimentar los síntomas del mal de altura (también conocido como mal de montaña).

“En el contexto del fútbol, los equipos visitantes que no están familiarizados con la altitud pueden enfrentarse a mayores retos en los partidos disputados en estadios de estas regiones. Sin embargo, los equipos locales suelen tener la ventaja de adaptarse con mayor eficacia y aprovechar los entrenamientos a altitudes moderadas para mejorar su rendimiento. Se han registrado reducciones de aproximadamente el 10% y el 15% en la capacidad de trabajo a 2.000 m y 3.000 m, respectivamente, en comparación con los mismos esfuerzos realizados a nivel del mar, subrayó el profesor de la Universidad de Sao Paulo.

Una cifra interesante planteada por Marcelo Papoti se refiere al acondicionamiento y el rendimiento en altitud en el fútbol femenino. Según los estudios, una altitud moderada de 1.839 metros sobre el nivel del mar ya tiene un impacto negativo en la distancia recorrida por las jugadoras. La distancia media recorrida por una jugadora es de 120,55 metros por minuto, mientras que jugando por encima del nivel del mar, la cifra desciende a 105,77 metros por minuto, lo que indica una reducción de la capacidad para cubrir distancias durante el juego.

Sobre la autorización del estadio de El Alto

Marcelo Papoti afirma que el estreno del Estadio Municipal de Villa Ingenio o el Estadio Municipal de El Alto, suscita interrogantes y preocupaciones en toda la comunidad científica sobre la salud y el rendimiento de los deportistas que juegan en este entorno. Jugar a una altitud tan elevada presenta enormes desafíos fisiológicos debido a la reducción de la presión parcial de oxígeno, que se traduce en una disminución sustancial de la capacidad del organismo para realizar esfuerzos físicos intensos.

“Las grandes altitudes pueden suponer una mayor exigencia para los sistemas cardiovascular y respiratorio. La reducción de la presión parcial de oxígeno puede provocar una menor saturación de oxígeno en la sangre, lo que afecta directamente a la capacidad pulmonar y a la eficiencia cardiaca. La exposición prolongada a grandes altitudes puede inducir hipoxia, desencadenando adaptaciones fisiológicas como un aumento de la producción de glóbulos rojos. Sin embargo, a altitudes extremadamente elevadas, estas adaptaciones pueden no ser suficientes para compensar totalmente la reducción del suministro de oxígeno”, explicó.

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Postal de Ángel Di María con un tubo de oxigeno jugando en La Paz. Fuente: Selección Argentina / AFP

El experto también cree que esa liberación debería ir acompañada de la elaboración de un protocolo de recomendaciones médicas especializadas para poner en marcha estrategias eficaces que minimicen los posibles efectos negativos de la altitud, así como de la vigilancia continua de la salud de todos los implicados en un partido de fútbol disputado en este entorno, lo que va por los jugadores, pero también por la comisión arbitral, por ejemplo.

En 2019, el árbitro boliviano Víctor Hugo Hurtado falleció en el mismo estadio de Villa Ingenuo a causa de una parada cardiorrespiratoria provocada por la exposición a la altitud. La noticia de la habilitación del recinto para los partidos de la Libertadores volvió a generar preocupación y puso el caso sobre el tapete una vez más, encendiendo una señal de alerta a los responsables. “Las autoridades sanitarias y las organizaciones deportivas deben revisar y actualizar los protocolos de salud y seguridad para garantizar que se adaptan a las condiciones específicas de la altitud. Esto incluye evaluar la capacidad de los participantes para soportar las condiciones de juego. La comunicación y la colaboración entre las autoridades deportivas y sanitarias son cruciales”, agregó el profesor.

Además de los riesgos para la salud, evaluar el impacto en el rendimiento de los atletas y otros participantes en un partido de fútbol también es muy relevante. Si las condiciones extremas de altitud afectan demasiado a la calidad del partido y a la seguridad de todos los implicados, podría ser un factor a tener en cuenta. A partir de las evaluaciones de riesgo, es probable que las autoridades sanitarias se planteen imponer restricciones, intervenciones o incluso reanudar la prohibición de disputar partidos en sedes que superen un determinado nivel de altitud.

¿Cómo mitigar los efectos de la altitud?

En los últimos años, se han puesto en marcha varios sistemas nuevos de entrenamiento en altitud para mitigar los efectos del entorno en el rendimiento de los deportistas. En 2013, una conferencia celebrada en Doha (Qatar) reunió a expertos en salud para debatir los beneficios y los retos del entrenamiento por encima del nivel del mar. Tras intensos debates, se creó una declaración de posición para orientar a entrenadores, científicos y otros profesionales interesados en esta técnica.

Incluso después de décadas de investigación, no hay consenso sobre las mejores prácticas para minimizar el impacto de la altitud en el rendimiento de los atletas. Sin embargo, la declaración destaca algunas recomendaciones que pueden ayudar a los deportistas a aclimatarse mejor al entorno y, en última instancia, a mejorar su rendimiento cuando vuelvan a jugar a nivel del mar.

Entrenamiento en altitud

Los cuerpos técnicos de los equipos brasileños y de otros países que no sufren la altitud han adoptado ciertas medidas, como viajar al lugar con mucha antelación para acostumbrarse al entorno. El entrenamiento en altitud es una práctica habitual entre los deportistas y puede realizarse de diferentes maneras:

  • Vivir y entrenar en altitud (LHTH);
  • Vivir en altitudes elevadas y entrenar en altitudes bajas (LHTL);
  • Vivir en altitudes bajas y entrenar en altitudes altas (LLTH);

La estrategia puede tener lugar en entornos naturales o de forma simulada, pero lo más importante es comprender que las respuestas del organismo varían en función del tipo de exposición.

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Entrenamiento del equipo boliviano en la altura. Fuente: Always Ready

“El entrenamiento en altitud para deportistas individuales requiere ciertos criterios para ser eficaz. Esto incluye vivir a gran altitud (por encima de los 2.000 metros), durante un número suficiente de horas al día (alrededor de 14-16 horas), durante un largo periodo de tiempo (más de 19-20 días). Esto ayuda a estimular la producción de glóbulos rojos en la sangre, lo que es importante para mejorar el rendimiento atlético”, describió Marcelo Papoti.

La respuesta del organismo al entrenamiento en altitud varía de una persona a otra. Algunos jugadores pueden no responder en absoluto, mientras que otros pueden aumentar sustancialmente su rendimiento gracias a un incremento de la producción de glóbulos rojos, encargados de transportar oxígeno al organismo. Algunos estudios demuestran que incluso periodos cortos de entrenamiento en altitud, como dos semanas, pueden tener efectos positivos sobre la masa de glóbulos rojos en deportistas de élite.

Generalmente, el entrenamiento en altitud se realiza entre 1.800 y 2.500 metros. Es en este tipo de altitud donde pueden observarse aumentos en la producción de glóbulos rojos sin efectos secundarios significativos. Sin embargo, el entrenamiento por encima de los 3.000 metros puede tener el efecto contrario, como pérdida de apetito, disminución de la síntesis proteica, lo que puede perjudicar el rendimiento del jugador en el terreno de juego.

Marcelo Papoti explica que con el avance de las instalaciones de entrenamiento en altitud, como las tiendas de hipoxia y los dormitorios de altitud en clubes profesionales e institutos deportivos, se ha hecho más accesible implementar el entrenamiento en altitud durante la temporada. Los principales cambios fisiológicos provocados por las actividades en altitud se observan sobre todo durante el proceso de entrenamiento de pretemporada, cuando los jugadores se encuentran en un nivel inferior de forma física.

Por ello, los clubes adoptan un periodo de dos a cuatro semanas de entrenamiento en altitud para mejorar el transporte de oxígeno en la sangre. A medida que se acercan las fechas y comienzan las competiciones, las estancias más largas en altitud se vuelven inviables. Se recomienda que si un equipo va a jugar en altitud, ya sea en la Libertadores o en la Copa Sudamericana, programe entrenamientos más cortos en estos entornos, de no más de dos semanas.

“Para los equipos con calendarios de competición intensos, como los que participan en torneos internacionales, es posible realizar entrenamientos en altitud durante la preparación para maximizar la adaptación fisiológica de los jugadores. Alternativamente, las sesiones intermitentes de entrenamiento en altitud a lo largo del año pueden ayudar a mantener la velocidad y la fuerza de los jugadores durante la temporada”, concluyó el experto en su diálogo con Trivela.

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Martin Canaves

Martín Emanuel Cánaves tiene 25 años, vive en Huinca Renancó, al sur de la provincia de Córdoba (Argentina). Recibido en la Tecnicatura en Periodismo Deportivo y a un paso de hacerlo en Licenciatura en Comunicación Social. Desde el minuto cero en Balón Latino (Agosto de 2018).
Experiencia en medios digitales y radiales, siempre siguiendo la actualidad deportiva del Instituto de Córdoba tanto en Primera Nacional como en la Liga Profesional. Fanático del fútbol en general, pero en particular del ascenso de cualquier país, del fútbol que no tiene tantas cámaras, pero con muchas historias por contar. “Con confianza y fe hasta el final siempre”.