El Manchester City ha conseguido lo que, desde hace años, venía buscando: el título de la Champions League. Los ingleses sacaron adelante el triunfo que se les escapó hace dos años ante el Chelsea. Ahora, Guardiola podrá tener en su palmarés el máximo honor, llevar al club mancuniano a su primera orejona de la historia. Por eso, aquí traemos las tres claves del primer título de Champions League del Manchester City ante el Inter.
1- Los golpes anímicos
El partido estuvo medido, tan evidentemente, por los golpes anímicos que vivieron los equipos a lo largo del encuentro. En principio, el Manchester City solo pudo salir de la presión del Inter y ponerse en control del partido gracias al levantón anímico producto de los arrancones de Haaland. El delantero noruego y su peligrosidad fueron clave para poder levantar a su equipo. Sin embargo, nuevamente, la lesión de Kevin De Bruyne echó abajo los avances ingleses.
La capacidad para aprovechar o aguantar ante los súbitos cambios de momentum fue crucial a la hora de inclinar el resultado. Sin ello, no se entendería
2- La contundencia en las áreas
A diferencia del Inter, el equipo de Guardiola se plantó en área propia y la rival con una contundencia enorme. Los ingleses supieron ocupar espacios en el área defendida por Onana. De hecho, gracias a eso llegó el primer gol. Saber ocupar el área y mantener a los defensores centrales italianos ocupados permitió que un rebote quedara en absoluta disposición de Rodri para abrir el marcador. En cambio, el Inter no supo poner todo su peso en el área rival. Ni Lukaku ni Dzeko supieron hacer presencia en un área por la que Lautaro Martínez se supo mover con excelencia.
3- Maestría en interpretación y ejecución
Interpretar y ejecutar un plan de Pep Guardiola, al menos como espectador, parece una tarea de complejidad máxima. De hecho, por ello muchos jugadores no tienen la cabida esperada en las plantillas del español. Sin embargo, los jugadores en Estambul, enfrentaron al Inter con la certeza de un plan bien entrenado y ejecutado. Prueba de ello, es el enorme partido de jugadores como Manuel Akanji, Jack Grealish o, sobre todo, John Stones. Jugadores que en otros equipos eran importantes, pero que nunca había escalado a este nivel.
En cambio, en el partido final, cuando ‘las papas quemaban' sacaron la excelencia absoluta en la ejecución del plan. John Stones ganó el duelo en la medular, Akanji desequilibró en ataque y mantuvo su compostura en defensa.