Napoli y Milan se enfrentaban como en las viejas épocas en un partido decisivo. La ronda de Semifinales de la Champions League estaba a un partido perfecto de alguno de los dos. Ya en el encuentro de ida, el equipo de Pioli había conseguido sumar una ventaja de un gol gracias a un masterclass para encerrar a su rival. Ahora, era el turno de los napolitanos: invocar al espíritu de Maradona, contenido en su estadio, para poder repetir la dosis que hace décadas le habían entregado al Milan.
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Napoli vs Milan: golpear en momentos clave
Así fue. El equipo napolitano salió al partido con todo sobre la mesa. Su juego fue absolutamente apabullante durante los primeros minutos. Sin embargo, un penal en contra de Mario Rui puso sus esperanzas en vilo. Afortunadamente para ellos, Meret atajó el remate de Giroud. Ahora bien, el verdadero problema fue la consecuencia de dicho penal.
El aire en la camiseta del Napoli se escapó, el equipo de desinfló y el Milan creció. Los de Pioli aprovecharon para ponerse por delante en el marcador. Una excelente jugada individual de Leao terminó con una sencilla definición de Giroud. El francés adelantó a su equipo. En cambio, el equipo napolitano perdió a dos de sus jugadores principales por lesión: Politano y Rui.
Tras ello, nada de lo que hiciera el Napoli parecía suficiente para vencer a Maignan, el portero de la selección francesa. El ambiente se enrareció en el Estadio Diego Armando Maradona. Los napolitanos agacharon cabeza y, aunque Osimhen empató el partido sobre el final, nada pudo llevarlos a la gloría. La hazaña que habían conseguido cuando Maradona los llevó a lo más alto, ante el mejor Milan de la historia, quedaría como tal: un hecho sin repetición en la historia del club Partenopei.