La consolidación de Emiliano Martínez fue al mejor estilo de un arquero juvenil que apenas empieza a salir del cascarón. Tuvieron que pasar casi 10 años para que el Arsenal le diera la camiseta de titular, paradójicamente, por culpa de una delicada lesión del portero Bernd Leno en el tramo final de la temporada 19-20 en la Premier League. Nervioso, ansioso y presionado por demostrar qué pudo haber dado durante tanto tiempo, el argentino sacó garras y fue figura en cinco partidos que atajó y en los cuales se llevó dos trofeos con Los Gunners; FA Cup y Community Shield.
Llegó en 2009 a Inglaterra, cuando en Independiente no había subido al primer equipo. Los británicos pagaron por su pase 500.000 euros sin un solo partido como profesional. Sin embargo, esa transferencia, alta para mi concepto, no tuvo implícitamente un puesto asegurado en el equipo londinense, factor que alargó su espera para ser considerado como un portero de primer nivel. Hoy con 28 años, Emiliano Martínez tiene la esencia de un arquero de 21, apartado de la élite constantemente, pero adueñándose del número uno con tan solo demostrar su valía. Y ojo al dato, su paso al Aston Villa es sin duda la mejor muestra de su corazón joven; salir de casa y buscar oportunidades.
Aston Villa; ser querido y poder volar:
Si bien en las últimas presencias Emiliano Martínez no defraudó con Arsenal, su titularidad era obligada. Probablemente, cuando regresara Leno de esa delicada lesión, la banca y el peto volverían a ser los mejores amigos del marplatense, tal como pasó en las tres temporadas donde fue inscrito por el club dueño de sus derechos. O tal vez, como ocurrió en seis oportunidades, Martínez terminara en un club de medio pelo y sin poderse adaptar tampoco a ese cambio vacío de convicción. Su antecedente dice que ni en Arsenal ni estando cedido con otra escuadra, el portero pudo ganarse un puesto.
Su mejor aparición había sido en la temporada 18-19 con el humilde Reading de segunda división; tapó en 18 partidos, un número insuficiente para sus posibilidades. Aun así, vistió los colores de clubes como Getafe, Wolverhampton y Oxford United, donde sus titularidades se contaban con la mano y nada más. Tal como sucede con un joven al cual se le da tiempo de adaptación. Un juvenil que ya no era juvenil y que aún no era tomado como un futbolista grande.
Comienzo bajo:
Pasar a Aston Villa, convirtiéndose en el portero argentino más caro de la historia con una transferencia superior a los 20 millones de euros, fue la jugada maestra. Tiene las cámaras bien atentas a sus movimientos, sabe qué es pararse dentro del terreno de juego por varios partidos consecutivos y tiene, sí o sí, el chance de atajar de titular. Es un equipo bajo de Inglaterra, pero para alguien que comienza su carrera profesional, metafóricamente, es algo excepcional. Es el portero de moda, como si de una nueva aparición se tratara.
Atajó un penal en su debut con el club de Birmingham, y ya, casi llegando a los 30, Martínez comenzó su ascenso futbolístico, ese mismo que en condiciones normales llega sobre los 24. Le quedan por lo menos 12 años para sostenerse y explotar.
Cabeza de ratón:
Cayendo en lugares comunes, Emiliano Martínez prefirió ser cabeza de ratón que cola de león. Desde su debut profesional (el real estreno), el argentino ha jugado 101 partidos, un número realmente bajo. Ese número es muestra fehaciente sobre su poca trascendencia, no solo en Arsenal sino también en otras escuadras mucho menos envalentonadas. No obstante, los ahorros le han servido para poder llegar a un club pequeño como la gran figura en el arco titular; esos ahorros fueron sus sorpresivas buenas apariciones en el desenlace de la temporada anterior.
Aston Villa es el típico equipo inglés que lucha año tras año por no caer en el descenso. Incluso, para la temporada que terminó hace unos meses, fue 17° en la tabla, a un solo punto de la zona roja. No hay que olvidar que estuvo en la Championship tres temporadas consecutivas en el último tiempo y que sus aspiraciones actuales no serán mayores a un décimo lugar en la Premier League. Ese es el reto perfecto para Martínez; comenzar su carrera como arquero profesional titular en un equipo donde sí deba lucirse para sacar un resultado, donde sí deba demostrar el valor agregado de su presencia. Aston Villa es su catapulta hacia un club más grande, si es que en verdad tiene condiciones para merecerlo, o de lo contrario, la prueba de su condición borrosa y limitada por las continuas y casi eternas suplencias en el Arsenal.
Ya es mayor en edad y deberá correr contra el tiempo para, literalmente, hacer en pocos años lo que no pudo hacer en muchos. Es curioso que un argentino apenas empiece a ser protagonista a una edad en la que, en condiciones normales, se comienza a manifestar la curva descendente.
Selección Argentina y su posibilidad:
Emiliano Martínez no ha tenido niveles superlativos en el arco, a excepción de lo mostrado últimamente. Sin embargo, tener el escudo de un grande británico ha sido suficiente para haber sido convocado a la selección nacional en dos ocasiones. Actualmente, tal vez con más argumento, el portero recibió el llamado de Lionel Scaloni por tercera ocasión, en compañía de Franco Armani, Esteban Andrada, Juan Musso y Agustín Marchesín. Alejado de la esfera de clubes, Dibu demostrará si su carrera está destinada de ahora en adelante a representar su país. Tal como sucede con un juvenil que es convocado por su patria para estudiar las posibilidades de su éxito.
Un punto a favor, contradictoriamente, es su edad. Es el más joven entre los habituales; Armani, Andrada y Marchesín. Por lo que, junto a Musso, consolidado en Udinese de Italia, podrá tener ese puesto con la albiceleste. O por lo menos, cumplir dos ítem importantes para sus convocatorias; edad y liga. Así, si se llega a consolidad en el Aston Villa, como es espera, y no cae en el denominador común de su carrera, Emiliano Martínez, podría por edad, llegar en forma perfecta a Qatar 2022. Con 30 años, pero como apariencia de 26.