Diego González recibió un llamado de un empresario argentino para irse a jugar a los Emiratos Árabes Unidos. Sin embargo, cuando llegó la realidad no era lo que realmente le habían contado. El club no existía, no le pagaron nunca y estuvo tres meses viviendo sin plata junto a varios argentinos más. Sin embargo, no bajó los brazos, volvió al país y comenzó a entrenar en busca de una nueva oportunidad. Y esa chance, le llegó al sur de Argentina en Rio Negro para jugar en Cipolletti del Torneo Federal A. Diego habló con Balón Latino y nos contó sobre su nueva vida en el sur, la odisea que vivió en Dubai y sus objetivos para este año.
Entrevista a Diego González
P: ¿Cómo se da tu llega a Cipolletti?
R: La verdad que fue todo muy rápido, de un día para el otro. Me llamó D´Angelo diciéndome que necesitaban un lateral derecho y un volante mixto en Cipolletti. Cuando me dijo, ni lo dudé, le pregunté a unos amigos que pasaron por el club y me comentaron que es muy profesional y muy ordenado. Cuando llegué al club, me encontré con un equipo increíble, con un equipo para pelear arriba y con una ciudad muy hermosa. Estoy contento por volver a jugar y tengo que estar listo para cuando el técnico me necesite rendir al 120%.
P: Antes de fichar por Cipolletti, estuvo la posibilidad de Desamparados de San Juan. ¿Por qué no se dio el pase?
R: Sí, me dijeron para ir a Desamparados (también del Torneo Federal A), pero no se dio.
P: ¿Cómo has entrenado en este tiempo que estabas sin club?
R: Es feo estar libre y sin club porque te juega una mala pasada por la cabeza. Con la edad que tengo, le comentaba a mi mamá de que, si no me salía nada, me voy a dedicar a trabajar ya que otra no queda. Tuve a un profesor increíble en Rosario, Agustín “El Colo” Escobar que me llamaba todos los días para ir a entrenar así que le estoy muy agradecido porque hoy llego bien físicamente a Cipolletti para comenzar los entrenamientos con mis nuevos compañeros.
P: Jugaste en Emiratos, regresaste a Argentina y volves a viajar, pero pasó algo que no era de esperarse. ¿Qué podes explicar de lo que te ocurrió a vos y a tus compañeros en el club GIE Dubai?
R: Fue algo que hasta el día de hoy sigo sin entender y posiblemente no lo voy a entender nunca. Llegamos al GIE Dubai y el presidente nos dijo que el entrenador iba a ser Gastón Esmerado, pero no fue así. Nos encontramos con una casa, con un campo de juego, teníamos una trafic para ir a entrenar. Teníamos todo y de un día para el otro, cuando miramos el Fixture del torneo de la Segunda División, el club no aparecía, no existía. La pasé muy mal en todos los sentidos, ya que bajé mucho de peso, tuve la suerte de estar con mi mejor amigo Lionel Segovia, Ezequiel Muth, con “Zeki” y cinco chicos paraguayos.
Nos querían echar de la casa, estuvimos tres semanas sin comer, la pasamos muy mal. Nos despertábamos temprano, íbamos a la playa, volvíamos al mediodía para dormir y luego nos íbamos a caminar porque no teníamos comida, no podíamos comer. Pese a que la pasé muy mal, aprendí bastante y supe que cuando uno está mal, siempre está la familia y cuando pude regresar a Rosario, mis hermanas me dieron todo.
P: ¿Estuvieron cuántos meses sin cobrar? ¿Cómo se las arreglaban para alimentarse?
R: Estuvimos tres meses sin cobrar en GIE Dubai. Todo el tiempo que estuvimos en Dubai no nos pagaron, nos hicieron firmar un contrato falso, no nos dimos cuenta por la emoción que teníamos con los muchachos. Volví a Rosario sin un peso, cuando salía a comer o tomar una gaseosa con mis amigos, no tenía plata y la pasé muy mal. Pero, como siempre, estuvo mi familia para apoyarme y mis amigos que son increíbles.
P: Viviendo esa dura situación, ¿se te pasó por la cabeza dejar el fútbol?
R: Se me pasaron muchas cosas por la cabeza porque no podía creer lo que me había pasado. Cuando volví a mi casa estuve tres semanas sin entrenar. Siempre soñé y me tuve fe de que algo en el fútbol iba a salir por lo que no se me cruzó nunca en por la cabeza dejar de jugar. Sin embargo, estaba seguro que si no se me daba con el futbol iba a tener que salir a trabajar. Seguramente lo iba hacer con mis amigos que trabajan haciendo piletas. Por otro lado, en mi barrio “Ludueña” y como en todo Rosario, la vida se estaba haciendo complicada en todo sentido. Estaba todo muy jodido y quería irme porque había muchos robos e injusticias.
P: ¿Cuánta importancia tuvo tu familia en ese difícil momento?
R: Cuando empezó a ocurrir todo lo malo en Dubai, no se lo dije en ese momento a mi familia porque no quería que la pasen mal. Muchos no tenían en que volverse al país y la situación era difícil. Tenía compañeros brasileños que lloraban todos los días porque no sabían como volver a su país y con Ezequiel Muth, que era quien más sabía inglés, los ayudábamos con lo que podíamos. Los muchachos estaban buscando plata por todos lados para poder comprarse el boleto de regreso a su casa. En mi caso, le quiero agradecer a toda mi familia que siempre estuvieron para mí y más en esos meses que fueron muy difíciles para mí. Yo siempre sueño con darle todo a mi familia y que ellos me vean jugar al fútbol, no pido nada más.
P: ¿Cuáles son tus objetivos esta temporada?
R: Mi principal objetivo es hacer una buena campaña y dejar la vida con la camiseta de Cipolletti porque me están la posibilidad de volver a competir y hacer lo que más feliz me hace en la vida. Pensando a futuro, el año que viene me gustaría jugar en la Primera Nacional (Segunda División). Voy a seguir luchando día tras día para estar preparado para cuando me toque con los mejores en los próximos años. En la vida todo llega y tengo fe, de que tarde o temprano, voy a poder jugar en Primera División o irme a jugar al exterior.