El pasado martes 16 de mayo una noticia sacudió a todo Boca Juniors y fue el acercamiento de Mauro Icardi cómo el refuerzo de lujo para ganar la Copa Libertadores 2023. No obstante, las horas fueron pasando, las comunicaciones siguieron y cuando llegó el momento de hablar de la cuestión salarial, se estancó la negociación. Mauro Icardi le exigió a Boca Juniors la suma de 6.5 millones de dólares, un exagerado salario para el fútbol argentino. Pese al gran interés de Riquelme, Almirón y compañía, pensaron en un “Plan B” mucho más económico.
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El “Plan B” de Boca Juniors ante las exigencias de Icardi
El marido de Wanda Nara, quién justamente lo representa como jugador, está viviendo una segunda juventud futbolística en el fútbol turco. Suma 17 goles y siete asistencias en 21 juegos de la Superliga de Turquía con la camiseta del Galatasaray, pero hay un factor importante que pone en jaque su continuidad allí: su familia. Su esposa está en Argentina por temas laborales y se ven cada tanto, lo mismo ocurre con sus hijos y eso es lo que está afectando, emocionalmente, a Mauro Icardi.
Cuando surgió la posibilidad de fichar por Boca Juniors, el delantero argentino cuya ficha le pertenece al PSG (dónde no lo quieren) aceptó negociar, pero el exagerado salario de 6.5 millones de dólares por temporada que exigió, quebrajó cualquier posibilidad de ser el flamante refuerzo del Xeneize para la Copa Libertadores 2023.
Lejos de esperar que tome la decisión de bajar sus pretensiones, Jorge Almirón, Román Riquelme y el consejo de fútbol se reunieron para pensar un “Plan B” y el nombre llegó rápidamente a la mesa: Edinson Cavani. El uruguayo mencionó, en repetidas oportunidades, que quiere jugar en Boca Juniors, pero la única vez que estuvo realmente cerca de fichar, prefirió jugar un tiempo más en España con el Valencia. Ahora, vuelve a estar en el radar del club argentino y su salario es mucho más accesible: 2.5 millones de dólares.
