El nombre de Fabricio Coloccini tiene relación directa con San Lorenzo de Almagro, debido a que es el club donde juega actualmente; y con el Newcastle de Inglaterra, equipo donde jugó 275 partidos, convirtiéndose en icono de la institución. Sin embargo, no muchos conocen su historia en el AC Milan de Carlo Ancelotti.
¿Qué tiene de curioso?
El zaguero central se fue al club italiano en el año 2000, luego de que su padre presionó para que el pase quedara en su poder, pese a que su hijo era jugador de Boca Juniors. Una decisión muy errada por parte de su padre, ya que no pudo jugar ningún partido allí hasta varios años después. Desde ese año hasta 2004, Fabricio pasó por cuatro equipos.
- San Lorenzo (00/01): tres goles en 19 partidos.
- Deportivo Alavés (01/02): seis dianas en 33 juegos.
- Atlético de Madrid (02/03): un gol en 31 encuentros.
- Villareal (03/04): un tanto en 43 cotejos.
Tras andar club por club durante cuatro temporadas seguidas, el entrenador italiano Carlo Ancelotti le dio la oportunidad de quedarse a pelear un puesto, ya que había ganado experiencia en cada una de sus cesiones en otros equipos.
Cinco partidos con el AC Milan
Coloccini tuvo que esperar 11 juegos de la temporada 2004/2005 para poder defender los colores del conjunto rossoneri. Su tan esperado y ansiado debut fue el 27 de octubre de 2004 en la victoria del Milan por 3 a 0 ante el Atalanta por la Serie A. El defensa argentino completó los 90 minutos.
Para su segundo encuentro esperó cinco cotejos, saltando al campo de juego en la Copa Italia ante el Palermo. Nuevamente dijo presente todo el partido y su equipo salió victorioso por dos tantos contra uno.
Un mes después tuvo su bautismo en la UEFA Champions League con el AC Milan, en lo que fue el último partido de la fase de grupos, ante el Celtic. En esta ocasión jugó de lateral derecho todo el partido. El encuentro finiquitó en empate en cero.
Los dos encuentros restantes fueron por la Copa Italia. El 12 de enero de 2005 disputó el partido de vuelta contra el Palermo y más tarde el juego de ida por los cuartos de final ante el Udinese. Un dato curioso es que su equipo nunca perdió cuando él jugó: un total de cuatro victorias y un empate.