A pesar de no contar con un extenso palmarés en el ámbito futbolístico, Colombia ha visto nacer a lo largo de su historia a una gran cantidad de ídolos. Carlos Valderrama, René Higuita, Radamel Falcao, James Rodríguez o Iván Córdoba son los primeros nombres que suelen venírsenos a la cabeza cuando hablamos del fútbol ‘cafetero'. Será justamente este último, a quien nombramos hace un tiempo como el mejor defensa colombiano de la historia, el protagonista de este artículo.
UN COMIENZO DESDE ABAJO
La carrera de este jugador, que estuvo en activo desde 1993 hasta 2012, es un perfecto y emotivo ejemplo de superación. Pocos hubieran apostado en su día que un defensa de 1,73 metros de altura surgido en la Segunda División se convertiría en uno de los pilares de la historia del fútbol colombiano. Sin embargo, con mucha entrega, valía y trabajo, Iván Ramiro Córdoba acabó dejando huella.
‘El Mariscal', como solían apodarle, nació un 11 de agosto de 1976 y se formó en el club Leones Itagüí (en ese entonces llamado Deportivo Rionegro) de su departamento natal, Antioquia. En 1993 hizo su debut profesional con el mismo en Primera B, la Segunda División del fútbol colombiano. Sus notables actuaciones a temprana edad llamaron la atención de Atlético Nacional, que se hizo con sus servicios en 1995 cuando Córdoba aún no cumplía los 20 años.
Ahora en las filas del equipo más exitoso de Colombia, el entonces joven central pudo iniciarse en Primera División. Lo cierto es que no tardó mucho en hacerse con la titularidad, pues sus dotes defensivos, velocidad y liderazgo demostrados lo convertían en un jugador sumamente eficaz pese a su estatura. De a poco, su enorme potencial comenzaba a hacerse realidad. Tras alzarse con la Copa Interamericana de 1997 (su primer título oficial), una oferta del histórico San Lorenzo de Almagro le permitió al ‘Mariscal' dar el salto al exterior.
Con su nuevo equipo, el colombiano también se convirtió inmediatamente en un jugador importante. Lamentablemente, el club no pasaba por su mejor momento y, por lo tanto, las aspiraciones del mismo eran escasas. Sin embargo, fue durante su estancia en Argentina que Córdoba recibiría una de las mejores noticias de su carrera. De cara a la temporada 1999-00, el Inter de Milán hizo oficial la contratación del central ‘cafetero' por la cifra de 14 millones de euros.
EL SALTO A EUROPA
Jugar en Europa es algo con lo que todos los jugadores ajenos al Viejo Continente sueñan. Algunos logran llegar, aunque muchos otros se quedan con la espinita clavada durante toda su carrera. En el caso de Iván Córdoba, su situación al inicio de su carrera daría a pensar que formaría parte del segundo grupo, pero por algo existen las sorpresas. El defensor colombiano, en aquel entonces de 23 años, se unió a uno de los equipos más grandes de Italia y del mundo.
El glorioso Inter, que en aquella época contaba con estrellas de la talla de Javier Zanetti, Ronaldo Nazario, Álvaro Recoba, Laurent Blanc o Clarence Seedorf, venía cosechando pocos títulos en los últimos años y en la temporada anterior no había podido clasificarse a competiciones europeas. De todas formas, esto no significaba para Córdoba más que una excelente oportunidad. Si bien en las primeras campañas el colombiano no fue indiscutible, poco a poco se fue ganando su lugar y terminó siendo pieza clave.
Una de sus mayores virtudes era sin duda su eterno sacrificio dentro y fuera del terreno de juego. En cada partido, el Inter sabía que el oriundo de Antioquia daría todo de sí para llevarse un resultado positivo. Pese a su tamaño, Córdoba era un central fuerte, versátil e incansable, que gracias a su increíble velocidad podía jugar también como lateral o carrilero. Pero por sobre todas las cosas destacaba su liderazgo, el cual le llevó ser capitán del conjunto ‘nerazzurro' en algunas ocasiones.
Formando una dupla icónica con Marco Materazzi, el colombiano ganó un total de 15 títulos durante su estancia en Milán. Cinco Serie A, cuatro Copas de Italia, cuatro Supercopas de Italia, una UEFA Champions League (primer colombiano en ganarla) y un Mundial de Clubes fueron los trofeos que obtuvo en los 12 años que estuvo allí. La década 2000-2010 fue sin dudas una etapa de gloria para Córdoba, que acabó convirtiéndose en leyenda del club, con el cual disputó 454 partidos.
EN LA SELECCIÓN
Tras pasar por el combinado Sub-20, Córdoba fue convocado con la absoluta por Hernán ‘Bolillo' Gómez para disputar la Copa América de 1997 en Bolivia. Su debut se produjo el 15 de junio en la victoria por 4-1 frente a Costa Rica. ‘El Mariscal' no tuvo más minutos en aquel torneo, en el que los ‘cafeteros' cayeron en cuartos de final frente a la anfitriona, pero le sirvió como carta de presentación en una Selección con la que acabaría haciendo historia.
En 1998 tuvo la oportunidad de viajar a Francia para disputar el Mundial, el cual sería el último al que clasificaran los ‘cafeteros' en 16 años. Allí, Colombia fue eliminada en primera fase sin que Córdoba pudiera jugar ni un minuto. Al año siguiente, el oriundo de Antioquia dijo presente en la Copa América de Paraguay, en la cual la Selección volvió a quedar eliminada en cuartos.
Ya con Córdoba como capitán, Colombia alcanzó la gloria en la Copa América de 2001, disputada en tierra ‘cafetera'. Los ahora dirigidos por Francisco Maturana finalizaron la fase de grupos con puntaje perfecto y llegaron a la final sin haber encajado gol. El partido decisivo sería frente a México, uno de los conjuntos invitados. Con un gol de cabeza del mismo Córdoba, La Tricolor se alzó con el primer título de su historia, desatando la euforia de un pueblo colombiano que tuvo que esperar muchas décadas para festejar a lo grande.
Así fue como ‘El Mariscal' se consolidó como uno de los jugadores más destacados que haya visto el combinado nacional. Indiscutiblemente, su gran paso tanto por este como por el Inter lo convierten en uno de los mejores jugadores de la historia de su país. Córdoba se retiró en el equipo ‘nerazzurro' en 2012 a los 35 años, habiendo dejado una huella imborrable para el deporte rey.