En lo que respecta a momentos verdaderamente inolvidables de la Copa del Mundo, los aficionados ingleses no olvidarán nunca la final de la edición de 1966, disputada en Inglaterra. Fue la única vez que la selección inglesa se ha hecho con el trofeo más prestigioso del planeta. Además, desde entonces no han vuelto a disputar el último partido de ningún Mundial. Por supuesto, hay muchas anécdotas conocidas en torno a esta final, y todos los jugadores que formaban parte del combinado inglés en aquel torneo se han convertido en leyendas.
A pesar que hay muchas historias qué contar sobre este Mundial, hay dos que se sitúan por encima de todas las demás. Están relacionadas con las famosas frases de la narración “el juez de línea ruso” y “hay gente en el campo”. Nuestra intención con este artículo es compartir los detalles clave que dieron origen a estas historias legendarias de la final de la Copa del Mundo de 1966.
Por ello, vamos a empezar con el famoso “juez de línea ruso”.
Tofiq Bahramov, el juez de línea ruso
Lo creas o no, esta leyenda se basa en una gran mentira. Y es que el famoso juez de línea no era en realidad ruso: ¡era de Azerbaiyán! Pero antes de adelantarnos, presentemos a Tofiq Bahramov y concretemos su papel en la final de 1966. Bahramov fue jugador de fútbol en su juventud antes de elegir ser árbitro. Nació en 1925 en Azerbaiyán, que entonces formaba parte de la Unión Soviética. Seguramente de ahí le viene el apodo de “juez de línea ruso”.
Sin embargo, sólo recibió este famoso título por su papel en la final. Cuando Inglaterra jugó contra Alemania Occidental en Wembley en 1966, Bahramov fue uno de los jueces de línea. Por supuesto, fue responsable de muchas decisiones relacionadas con los fueras de juego, pero sobre todo, de decidir si un balón había cruzado la línea de gol o no. La final se fue a la prórroga, ya que Inglaterra y Alemania Occidental empataron 2-2 después de 90 minutos. Y a los 11 minutos de la prórroga, Geoff Hurst, de Inglaterra, realizó un disparo que rebotó en la parte inferior del travesaño.
Esto hizo que el balón cayera a la línea de gol, entrando parcialmente en la portería, e Inglaterra lo celebró como si hubiera sido un gol claro. El árbitro no estaba seguro de si el balón había cruzado la línea o no, así que fue a consultar con Bahramov en la línea de banda. Bahramov le dijo al árbitro principal que, en su opinión, el balón había sobrepasada completamente la línea y que debía ser gol. Por lo tanto, el árbitro hizo sonar su silbato y dio el gol a Inglaterra.
Debido al nacimiento de Bahramov en la Unión Soviética, los aficionados se apresuraron a atribuirle el apodo de “juez de línea ruso” por esta decisión.
“Gente en el campo” – Kenneth Wolstenholme
La historia del juez de línea ruso es sólo una parte clave de la historia. Y, como ya hemos dicho, queríamos compartir otro famoso momento de la historia. Sin embargo, en este caso tenemos que visitar la sala de narradores en lugar del terreno de juego. Resulta que esta historia también está relacionada con la prórroga, y fue el momento en el que Inglaterra conquistó el trofeo de la Copa del Mundo.
El 30 de julio de 1966, la final entre Inglaterra y Alemania Occidental fue disfrutada por más de 30 millones de telespectadores. Y uno de los comentaristas que cubría el partido para la BBC era un hombre llamado Kenneth Wolstenholme. Él no lo sabía en ese momento, pero estaba a punto de acuñar una de las frases más famosas de la historia del deporte, especialmente en el Reino Unido. En los últimos segundos del partido, Alemania presionaba y buscaba el empate en torno a la portería inglesa.
Perdieron el balón y la selección inglesa despejó el peligro. Bobby Moore buscó a Geoff Hurst con un pase de larga distancia, y como los defensores alemanes habían presionado tan arriba, Hurst se encontró con un pase limpio de gol. Cuando empezó a avanzar con el balón, los espectadores ya habían comenzado a correr hacia el campo creyendo que el partido ya había terminado, y fue entonces cuando Wolstenholme pronunció su famosa frase: “Aquí viene Hurst. Ojo, hay gente en el campo”.
Evidentemente, Wolstenholme estaba distraído por la conmoción que se estaba produciendo en las gradas. Sin embargo, la segunda parte de la cita se convertiría en una de las más famosas y, de hecho, más utilizadas en el deporte del Reino Unido: “Creen que todo ha terminado. Ahora sí”, pronunció cuando Hurst anotó el cuarto.
Inglaterra contra Alemania Occidental en la final de la Copa del Mundo de 1966 – Resumen del partido
Obviamente, la leyenda del juez de línea ruso y esta famosa frase de los comentarios son aspectos de los que siempre se habla en relación con la final de la Copa del Mundo de 1966. Pero el partido en sí también fue fantástico, por lo que también queremos ofrecer un resumen del mismo. Como ya saben, la final se disputó entre Alemania Occidental e Inglaterra. El partido se jugó en el estadio de Wembley, en Londres, el 30 de julio de 1966. Ambas selecciones habían dominado durante todo el torneo, aunque podría decirse que Alemania Occidental era la favorita para llevarse el trofeo del Mundial. Sin embargo, con el apoyo local, Inglaterra siempre iba a tener una oportunidad de luchar.
Alemania Occidental se adelantó a los 12 minutos gracias a Helmut Haller, lo que no fue un comienzo positivo para Inglaterra. Pero la anfitriona no se dejó llevar por el pánico. Mantuvo la compostura y, en el minuto 18, ganó un tiro libre que no estaba muy lejos del área alemana. Bobby Moore se apresuró a lanzar esta falta, encontrando la cabeza de Geoff Hurst. El cabezazo fue enviado al fondo de la red alemana, igualando el partido a 1-1. Sin embargo, el marcador no volvería a moverse hasta el minuto 78.
Fue entonces cuando Alan Ball, de Inglaterra, sacó un córner, y Martin Peters consiguió alcanzar el balón y meterlo en la red: 2-1 para Inglaterra. Por supuesto, marcar a estas alturas del partido era tremendo para los ingleses, y muchos pensaron que así se quedaría hasta el final. Pero los alemanes no lo permitieron. Una pérdida de balón en el área chica inglesa hizo que el balón llegara a Wolfgang Weber, y en el minuto 89, Alemania Occidental empató el partido para hacer el 2-2.
Tiempo extra – Creen que todo ha terminado
Los nervios y el cansancio empezaban a notarse cuando comenzó la prórroga en Wembley. Sin embargo, era Inglaterra la que parecía más fresca y motivada para llevarse el trofeo. Los ingleses presionaron mucho en los primeros cinco minutos, y Bobby Charlton llegó a rematar al palo. Pero en el minuto 11, Inglaterra por fin envió el balón al fondo de la red alemana, o eso dicen los libros de historia. El juez de línea ruso intervino para conceder el gol a Inglaterra, lo que le dio una ventaja de 3-2 en la prórroga.
Con la Alemania Occidental en desventaja, se vio obligada a presionar cada vez más arriba en busca del empate. Y al final, con todos los hombres por delante, Inglaterra robó el balón y salió al contra ataque Aquí es donde Hurst asestó el golpe definitivo y puso el 4-2 a favor de Inglaterra, y el partido se acabó instantes después.
¿Cruzó realmente el balón la línea?
Dada la forma en que Inglaterra marcó el tercer gol, se originó instantáneamente un debate mundial. Y esta polémica se centró en si el balón había cruzado la línea o no. Pasarían décadas antes de conocer la respuesta oficial. Esto se debe a que no había tecnología para dar una respuesta con exactitud en ese momento. La conclusión fue que sólo el 97% del balón cruzó la línea, lo que significa que el gol nunca debió ser concedido. Por supuesto, en el fútbol, todo el balón tiene que cruzar completamente la línea para que se confirme el gol.
Sin embargo, al tratar de determinarlo a simple vista, es muy complicado tomar una decisión. Bahramov consideró que el balón había sobrepasado la línea, así que ¿quién podría culparle? Al fin y al cabo, acertó en un 97%. Por supuesto, esta simpatía por su decisión depende del lado en el que te encuentres. El hecho es que Bahramov concedió el gol a Inglaterra, que se proclamó campeona del mundo en 1966.
Y si se quiere ser políticamente correcto, se podría decir que el karma actuó contra Inglaterra durante el Mundial de 2010. Recordemos que Frank Lampard golpeó la parte inferior del larguero durante el partido en que Inglaterra cayó eliminada contra Alemania en ese torneo. El balón sobrepasó con creces la línea de meta, pero no se concedió el gol. ¿Habría cambiado el partido?