El resultado esperado para el duelo entre Manchester City y Bayern Múnich no fue el que se dio en el Etihad Stadium. Al ser el duelo más parejo de todas las llaves de los Cuartos de Final, un resultado tan diferencial no estaba sobre la mesa. Sin embargo, las fichas jugaron su papel, los momentos se exacerbaron, y cada uno de los técnicos respondió según su noche. Así, el resultado y el trámite derivó en humillación y un duelo que queda casi sentenciado de cara a la vuelta.
Finalmente, el marcador del partido terminó 3-0 en favor del Manchester City, con un Bayern incapaz de soportar la escena. Las decisiones de cada uno de los técnicos fueron determinantes para el desarrollo del partido. Mientras uno potenció a su equipo, el otro no tuvo las herramientas para sacar al suyo del pozo. En esta línea, aquí traemos las claves de la victoria de los citizens.
Manchester City 3-0 Bayern Múnich
Upamecano y un partido para el olvido
La principal clave del partido, aunque no siempre es justo señalar con el dedo, recae en un futbolista: Dayot Upamecano. El defensor central francés tuvo un partido para el olvido, siendo responsable de un par de goles de su equipo. Con su corta edad, el galo tuvo un rendimiento opuesto al que acostumbra en Alemania. Tanto que, incluso, sus mejores atributos brillaron por su ausencia. Falló en la salida de balón, erro movimientos y posturas defensivas, y le otorgó la llave de entrada al equipo de Guardiola.
Bernardo Silva y la contundencia del que llega
A diferencia de su colega francés, Bernardo Silva dio una masterclass de contundencia. El mediocampista portugués jugó como uno de los hombres más adelantados del equipo azul. Su posición como hombre de banda con licencia para terminar en zonas centrales fue crucial. De hecho, terminó entregando la asistencia para el gol de Rodri Hernández. Y, además, anotó el segundo gol de su equipo, aprovechando el error de Upamecano y un gran centro de Haaland.
El androide gana por el Manchester City y devalúa al Bayern
Como era de esperarse, la gran misión del Bayern era controlar la amenaza ofensiva del Manchester City, personificada en Erling Haaland. El resultado fue claro: no pudo hacerlo. El androide asistió un gol y anotó el tercero de su equipo. No hay quién pare al jugador noruego, ni en Inglaterra ni en el escenario europeo. Con ese gol, el atacante llegó a 45 goles en la temporada.