Juha Tamminen (Finlandia, 1959) es un fotógrafo peculiar. En 1980 metió su cámara en una maleta y, casi con lo puesto, partió a Sudamérica para dedicarse a la fotografía deportiva. Lo que al principio parecía que iba a ser un viaje puntual se convirtió en su forma de vida: Argentina, Brasil, Uruguay, México; Mundiales, Copas América, Copas Libertadores, campeonatos ligueros y otros tantos trofeos fueron registrados por los objetivos de Tamminen. Del Estadio Azteca a Maracaná, pasando por el Centenario o el Presidente Perón.
Hoy, prácticamente retirado de los terrenos de juego pero nunca de la fotografía, Juha Tamminen nos atiende desde su Finlandia natal. Allí, el gélido invierno le invita a pasar los días escaneando las más de 100.000 fotografías que conserva en su haber.
Pregunta. Retrocedamos a principios de los 80; usted, finlandés, dejaba su país todos los inviernos para irse a cubrir con su cámara partidos de fútbol en Sudamérica. Ya ha llovido bastante pero, ¿cómo surgió esa posibilidad?
Respuesta. Ya había viajado por Europa en interrail varias veces. Para escapar del frío quería ir a conocer Sudamérica y, aprovechando la Copa de Oro de Uruguay (1980-81), allí fui. Quería ver partidos en todos los países. Pensaba que iba a ser un viaje único en la vida pero fue el primero de muchos.
P. El fútbol no es el mismo ahora que hace 30 años; ¿qué procedimientos debía seguir un fotógrafo para acceder como freelance a un estadio?
R. En Sudamérica no había ningún problema. El primer viaje fui de turista, compraba las entradas. Después, en los años 83-84, el semanario al que mandaba notas me hizo una tarjeta de prensa. En Argentina, me dieron una credencial con la que entraba en las cachas; en Brasil, lo mismo. No tuve ningún problema, era muy fácil. En Río de Janeiro me hice socio de la Asociación de Reporteros Gráficos de ese estado. Después, cuando se formó la Asociación de Reporteros Gráficos de todo Brasil, yo fui el socio número 86.
P. Antes, sin internet, la mayor parte de las instantáneas se observaban en físico, ¿se ganaba bien la vida un fotógrafo deportivo en aquel entonces?
R. Sí, date cuenta que en aquella época había revistas, hoy ya casi no hay. Además se consumía mucho más la prensa en papel; hoy está todo en Internet, es otro mundo. Como curiosidad, decir que en esos tiempos aprovechaba mis viajes como fotógrafo deportivo para contarlos en blogs.
P. Ahora es muy difícil acceder a un evento deportivo como fotógrafo sin el respaldo de un medio de comunicación…
R. No sé como está ahora. En Inglaterra, por ejemplo, se inventó a finales de los 90 un seguro de responsabilidad: si causabas una lesión a un jugador tenías que tener un seguro que cubriera 20 millones de libras. Antes había tres o cuatro fotógrafos en un partido; hoy hay un montón, entonces hay que poner límites.
P. Usted cubrió cuatro Mundiales (México '86, Italia '90, EEUU' 94 y Francia '98), Eurocopa, Libertadores y otros torneos. ¿Con qué momento se quedaría?
R. México '86, donde ganó Argentina, fue el mejor, aunque Italia también me gustó mucho. Estados Unidos estuvo bien; Francia no tanto: me volví antes de la final. A la Libertadores no fui más que unos partidos. También estuve en dos Copas América, la Eurocopa del 2000 y el Mundial Sub-20 de Argentina (2001), donde acudí con Finlandia.
P. ¿Fue uno de los afortunados que pudieron registrar con su cámara la histórica “Mano de Dios” de Maradona?
R. En el momento en que Steve Hodge despejó la pelota hacia atrás yo bajé la cámara. Perdí la fotografía por interpretar mal la jugada. Fue el error de mi vida.
P. ¿A qué precio pudo venderse esa instantánea?
R. En esa época la compensación por las fotografías era mucho mayor, hoy no valen casi nada. Si te soy sincero, han pasado treinta años y no recuerdo las cifras.
P. Nos consta que está intentando recuperar una parte de su archivo que se encuentra en algún lugar de la extinta revista Don Balón, ¿qué joyas podrían digitalizarse si consiguiera hacerse con ese material?
R. Me parece que hay algunas fotos de Maradona contra Inglaterra. Rogelio Rengel, entonces director de Don Balón, me compró las fotos en el momento. Me gustaría hablar con el juez que lleva el caso Don Balón para recuperar las originales.
P. Imaginamos que las fotografías cobran más valor cuánto más tiempo llevan sin salir a la luz: se vuelven reliquias.
R. Las fotos viejas no se vuelven viejas (risas). Hace poco en Finlandia una persona me pidió una foto del año 95; cuando le comuniqué el precio me respondió: ¿Cómo vas a cobrar eso por una foto vieja?, le respondí que fuera él a hacer la foto (risas). Como hoy hay una cámara en cada bolsillo la gente no entiende que la foto tiene valor. Además, la fotografía hecha en película es mucho más cara. Tengo 110.000 escaneadas que necesitan texto; eso no se hace un momento.
P. El fútbol sudamericano es un fútbol lleno de emociones, ¿guarda alguna anécdota destacada que le gustaría contar?
R. Recuerdo más de 50.000 personas en el estadio de Racing de Avellaneda, era una hinchada impresionante. También, cuando Botafogo ganó el Campeonato de Río (1989) en Maracaná después de 21 años fue algo emocionante. Por último, recuerdo sobre todo la final de la Copa América '89 en Maracaná con 148.000 espectadores; eso no se va a vivir nunca más en ningún lado. Llegué a entrevistar a Pelé, a Maradona, a Kempes, a Rivelino…
P. ¿Cuándo cubría un partido qué procedimiento seguía para enviar las fotografías a los medios de comunicación?
R. Mandaba por correo las originales. Dese cuenta de que muchas revistas eran mensuales, no tenía prisa.
P. Desde hace algún tiempo ha recuperado su actividad en Twitter y está publicando fotografías ‘retro' de futbolistas. Ya suma más de 6000 seguidores.
R. El año pasado, por marzo, empecé. Lo uso sobre todo porque hay muchos jugadores que no reconozco en las fotografías y son los usuarios quienes me ayudan a identificarlos. Parece que a la gente le gusta.
P. Residiendo en Finlandia, donde hace unos días hubo una mínima de -25°C, ¿a qué se dedica? Tenemos constancia de que apenas le interesa el mundo del fútbol.
R. En invierno me dedico a digitalizar las fotos. Tengo el escáner funcionando desde las 8 de la mañana hasta las 11 de la noche. Ahora estoy trabajando en el Brasil – EEUU del 92. No sé cuando voy a terminar de digitalizar, creo que me llevará dos o tres años más.
P. Permítame que dé mi opinión: la fotografía analógica siempre transmitirá más magia que la digital. Sobre todo en el fútbol.
R. En los años 80 la cámara no hacía nada sola. Antes era muy difícil hacer fotografía, tenías que tener un gran conocimiento de la luz; hoy, con las cámaras modernas, es impresionante la calidad. De todas formas, no se puede comparar. Una fotografía de película completamente nítida no puede alcanzar la nitidez de una fotografía de los aparatos de ahora. Son cuestiones distintas. Lo que es triste es que como hoy es tan fácil sacar una fotografía la gente ya no le da valor.