“Queremos ver a la gente de Palestina jugando fútbol, no muriendo en la guerra”. Así empezaban las declaraciones de uno de los aficionados que viajó a Irlanda a ver al seleccionado palestino competir en medio de los amistosos de mayo del 2024.
Y es que la realidad de Palestina, como nación y como equipo de fútbol, ha estado atravesada por años de conflictos bélicos, diásporas por el mundo y sueños esféricos que apuntan a una utópica Copa del Mundo. La nación árabe ha atravesado por cientos de eventos que pondrían en jaque miles de sueños, pero el fútbol parece ser uno que se mantiene con vida.
De hecho, el sueño del balompié en el país asiático se mantiene en vida y se nutre de constante confluir de las situaciones sociopolíticas del Estado. Situaciones que, además de ser humanitariamente alarmantes, han sentado las condiciones para un seleccionado con victorias políticas, una identidad marcada por la resistencia y una inagotable mezcla cultural, donde los latinos son protagonistas.
Así, esta es una pequeña parte de la historia del fútbol en Palestina, un punto de encuentro entre lo político y lo deportivo.
Palestina, la historia de un viaje muy largo y traumático
Para empezar a contar la historia del fútbol y de la Selección de Palestina, hay que comenzar por un relato meramente político y de migración. El territorio del Estado de Palestina ha sido uno de los más codiciados en la historia de la humanidad, ya fuera por motivos religiosos, económicos o geopolíticos. Y, en este sentido, ha sido una zona constantemente disputada por diversos actores.

Entre todos los conflictos, sobre finales del Siglo XIX, se comienza a vivir una de las primeras y mayores diásporas que ha vivido la zona. Con la paulatina caída del Imperio Otomano, dueño de la región en aquella época, las condiciones de vida empezaron a caer y la persecución se convirtió en el pan de cada día. Incluso, de acuerdo con Ricardo Marzuca, investigador del Centro de Estudios Árabes de la Universidad de Chile, la realidad en aquel momento de la historia ocasionó la migración no solo de palestinos, sino de sirios y libaneses.
La realidad era crítica y miles de habitantes buscaron refugio y un nuevo comienzo en diversas latitudes del planeta. Muchos tomaron dirección a Europa, mientras otros muchos desembarcaron en Sudamérica. Múltiples libaneses arribaron a las costas colombianas, asentándose en Barranquilla. A su vez, miles de palestinos arribaron a Chile, directamente o atravesando Los Andes desde Argentina.
Con ello, el país austral se convirtió en una de las colonias palestinas más grandes del mundo fuera de los territorios árabes. Se calcula, incluso, que la comunidad originaria de Palestina en Chile supera las 500,000 personas.
Chile: El fútbol como encuentro de Palestina lejos de la tierra
Dentro de los varios países a los que las diversas diásporas palestinas han llegado, Chile es uno de los focos centrales. Tanto por la cantidad de personas recibidas, como ya señalamos, como por la acogida que han tenido en términos de comunidad. Si bien la discriminación ha estado presente, con términos despectivos de por medio, la comunidad palestina ha encontrado en el país austral un buen lugar para rehacer su vida.
Han encontrado múltiples caminos, pero el fútbol ha sido uno central, sirviendo como plataforma para compartir su lucha con el resto del continente. Y, por supuesto, sin dejar de lado el recuerdo y la causa por proteger y reivindicar la tierra de la que han sido expulsados. Prueba de ello es el Club Deportivo Palestino, fundado en 1920, con títulos de primera división y con múltiples futbolistas representativos de la conexión entre países y que actualmente se encuentra disputando la Copa Sudamericana.
Esta conexión, de hecho, toma mayor relevancia en el ámbito del fútbol internacional. La Selección de Palestina, reconocida por la FIFA en 1998, se ha nutrido de la fortaleza formativa del balompié en el país austral.
La Selección de Palestina, SE beneficia del talento plurinacional
La historia de la Selección de Palestina ha estado cargada por una mezcla importante del encuentro entre dos naciones a lo largo de las generaciones. Jugadores y técnicos nacidos en Chile, pero con nacionalidad palestina han sido protagonistas del andar del combinado árabe a través de los años.
Dentro de esa historia, hay nombres ilustres dignos de recordar.
Jonathan Cantillana
Sobre los primeros meses del 2014, Jonathan Cantillana surgía de la cantera de San Antonio y daba el salta al club de sus connacionales. Llegó a Palestino y jugó varios compromisos antes de pasar a jugar en clubes de su país. Brilló en Malasia y en Copa Libertadores de la mano de Pablo Guede.
Y, a medida que conseguía todo esto, se ganó un lugar en el corazón de la Selección de Palestina. El talentoso mediocampista se convirtió en el quinto máximo goleador de su país con 10 anotaciones. Se encuentra a cinco tantos de Oday Dabbagh, uno de los mejores jugadores de la historia palestina.
Yashir Pinto
Siguiendo los pasos de Cantillana, Yashir Pino se calzó los colores de Palestina en 2018. El futbolista llegó al combinado del Medio Oriente con el cartel de haber sido uno de los jugadores más prometedores del balompié chileno. De hecho, fue uno de los llamados por Marcelo Bielsa en 2010 para acompañar a la delegación chilena en la preparación para la Copa del Mundo.

Si bien no alcanzó las expectativas puestas en él, su nivel siempre fue positivo. Y recibió el llamado de los Leones de Canaán. Anotó un doblete en su estreno y es una de las figuras más importantes del equipo en la actualidad.
Nicola Hadwa
Fue el primer entrenador profesional de la Selección Palestina cuando fue reconocida en 1998. Hadwa es chileno-palestino, con una importante influencia deportiva y académica en el panorama. Ha hecho carrera política en el país sudamericano, pero sus grandes logros por resaltar llegaron con Palestina.
Con el seleccionado, aunque no tuvo grandes rendimientos, fue el pionero en el llamado de jugadores con múltiple nacionalidad. La llegada de nombres como Cantillana o la posterior posibilidad de Pinto, está marcada por la gestión de la Federación y del estratega chileno.
Un sueño mundialista
Camilo Saldaña, Nicolás Zedán, Joaquín Abala, o Pablo Tamburrini, entre otros jugadores, son algunos de los futbolistas que empiezan a hacer carrera. Estos nombres, seguramente, serán de lo recordados en el futuro, cuando la Selección de Palestina siga trabajando para lograr su sueño. Un sueño para el que está dando pasos importantes. Además, en ese mismo trabajo, jugadores como Carlos Salom o Alejandro Naif, nacidos en Argentina y con orígenes palestinos, aportan y han aportado a la causa, dando cuenta de la amplia mezcla de nacionalidades.

Este sueño, en 2024, ha dado uno de los pasos más importantes en su historia. Por un lado, a comienzo de año, consiguieron su primer triunfo en la historia de la Copa Asiática, derrotando a Hong Kong. Ahora bien, el verdadero logro está por otro lado. Por primera vez en su historia, la Selección de Palestina avanzó a la Tercera Ronda de clasificación para el Mundial de 2026. Aunque sigue estando lejos del torneo, se encuentra en la posición más cercana que ha ostentado desde que “nació” para la FIFA en 1998.